“LITERAL”, “TOTAL”, “PRI” Y “MARICA”: ANÁLISIS SOCIO-PRAGMÁTICO DE LOS MARCADORES CONVERSACIONALES.
- Kalamari Spanish
- 12 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Por: Levis Yineth Marimón Bolívar
Universidad de Cartagena

Introducción
La conversación coloquial es la forma primera, primaria y universal de acto de habla (Casamiglia y Tusón, 1999). A través de ella, podemos representar nuestra realidad, construir nuestras identidades y constituirnos como seres sociales. Por su carácter natural, espontáneo y no planificado permite la manifestación de diferentes fenómenos lingüísticos y nos permite comprender los mecanismos de la comunicación lingüística y las propiedades del lenguaje en la interacción social.
En el discurso monologado y en el conversacional las intervenciones que realizan uno o varios participantes se van enlazando o coordinando través de unidades lingüísticas que aluden a un enunciado anterior o a otro que se espera que prosiga al primero, de este modo cada secuencia mantiene con la siguiente conexión sintáctica, semántica y pragmática, que garantiza la cohesión y coherencia textuales.Las unidades lingüísticas que cumplen esa función son los Marcadores discursivos. Existe entre esas unidades lingüísticas algunas denominadas Marcadores Conversacionales, que son las analizadas específicamente.
En Cartagena de Indias pese a su importancia lingüística, el número de investigaciones que se han realizado en torno a estas partículas discursivas, se reduce a una y su enfoque se vincula con la sociolingüística , es decir, el enfoque es mayormente descriptivo. Por ello resulta pertinente abordar temáticas como esta en el marco del estudio de la coloquialidad del habla cartagenera, a pesar que estos estudios sobre el lenguaje necesitan la vinculación con aspectos de la sociolingüística, es necesario acudir a otras disciplinas como la pragmática y el análisis del discurso, las cuales permitieron mayor riqueza en el estudio del lenguaje en su relación con los usuarios y los contextos de uso. El olvido y marginación de estas unidades lingüístico-discursivas con tan claros valores pragmáticos y discursivos en los planteamientos teóricos y prácticos de la llamada gramática tradicional constituyen un grave problema metodológico con influencia negativa en la consideración de la lengua como instrumento de comunicación. El estudio de los marcadores discursivos establece un aporte al análisis del discurso en general, contribuyendo a consolidar patrones de comportamiento y organización comunicativa, siempre acordes a determinados parámetros específicos que constituyen los actos de habla y el entorno social donde se producen.
Tras el análisis de 10 conversaciones coloquiales, transcritas siguiendo el sistema de transcripción del grupo Val.Es.Co fue posible analizar los marcadores conversacionales más frecuentes: cómo es su distribución por género y nivel socioeconómico, cuáles son sus funciones pragmático-expresivas, y cómo el uso de estos marcadores conversacionales contribuye a la construcción, reproducción y mantenimiento de las relaciones sociales.
Observemos un ejemplo:
373 B: §erda este man qué vale
374 A: aló aló aló si ¿con quién hablo? Aló ¿con quien hablo? Aló hey me colgó Camilo ///↑ hey camilo si es intenso pilla que monda de mensajes marica
375 B: pa’ ve 376 A: man, ya se secó el piso qué?
378 C: Silla pai ya se secó el piso pai
Marcadores conversacionales como estrategia de cortesía verbal y construcción de identidad de grupo.
El análisis nos permitió entregar evidencia del rol de los marcadores discursivo-conversacionales en la cortesía de los enunciados emitidos por los jóvenes cartageneros y otros que se emplean para una variedad de funciones. Los resultados demuestran que las funciones pragmático-discursivas de los marcadores están estrechamente ligadas a la dinámica de la interacción y, por lo tanto, a las estrategias de cortesía, así como a la modalidad que cada una de los interactuantes le asigna a ciertos enunciados con una intención mutua de cooperación para llevar a cabo con éxito el objetivo del encuentro comunicativo. El objetivo esencial de los marcadores: marica, compa, pri, vale y pai es de índole actitudinal e interaccional, se utilizan para involucrar al oyente joven, para regular el contacto y la relación social entre los hablantes y, para estructurar la conversación en relación con la toma de los turnos o con la orientación de la misma.
Por otra parte, se comprobó la incidencia del factor ‘nivel socio-económico’ en el empleo de estas partículas discursivas puesto que es muy frecuente en el discurso del segmento etario medio y bajo. Del mismo modo, en el factor ‘género’ se evidenció predominancia en el uso de marcadores por parte del grupo masculino, con mayor variación en los términos para llamar la atención del oyente o dirigirse a él. Las mujeres, por el contrario, mostraron un mayor uso de marcadores de recepción o modalidad deóntica, de acuerdo con Zorraquino y Portolés (1999) para indicar aceptación del mensaje por parte del emisor del enunciado.
Es importante mencionar que los medios de comunicación son canales protagonistas en la circulación y reproducción de los marcadores discursivos entre las diferentes generaciones y clases. Precisamente en la era del mundo digital, el surgimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación han transformado la vida del hombre y ello ha tenido repercusión en el lenguaje de los jóvenes. Estos últimos han sido capaces de crear una nueva forma de comunicación, un modo de comunicarse con otros de su misma edad donde lo que importa es crear lenguajes particulares y que al mismo tiempo sean del conocimiento de los que participan en la comunicación, y además, contar con las destrezas del que las recibe para decodificarlas con éxito y lograr entenderse entre sí, esto a través de los medios que les proporciona la tecnología.
De esta forma, las redes sociales, por ejemplo, les permite a los jóvenes hacer uso de un ‘lenguaje especial’ que se normaliza y se reproduce entre este grupo con el paso del tiempo. Este ‘código especial’ tiene sus bases en el código de la Lengua Española, con sus signos y reglas, y por esta razón, no se consideraba que se trate de un nuevo código, sino de una re-codificación o re-semantización del lenguaje ya existente, a partir de una serie de acuerdos implícitos que en algunos casos no coinciden con los normativos pero que comparten los hablantes.
Finalmente, destacamos la diversidad del habla cartagenera y especialmente la de los jóvenes. Este estudio es parcial, debido a que no fue posible seleccionar ni mostrar todos los marcadores conversacionales usados por los jóvenes de la ciudad y sus diferentes funciones pero es un gran avance en la formación y recopilación investigativa a nivel nacional de estas unidades lingüísticas que revelan y nos ayudan a entender cómo interactuamos.
Comentários